Laja Falls1
Laja Falls, ancient tumult,
ferment of Indian arrows,
cataract of lively mouths
gnawing at your banks.
You hurl rocks, smash
your treasure, you gouge yourself out
into life and into death,
Indian river, you throw yourself.
The blinded marvel falls
and falls without end,
the old terrestrial fervour falls,
the tremendous Araucanía.2
You stake body and soul,
you fall completely, suicidal river;
time falls with you,
joys fall with agonies,
Indian martyrdom falls,
and my life falls, too.
You cover beasts with foam,
your mist blinds the hares,
and white rockets sting
my arms and my knees.
They hear you fall, those who fell trees,
those who make bread or who walk,
those who sleep or are dead
or are dying or digging in mines,
or hunt the coypu and the chinchilla
in the meadows, by the lakes.
Broad love, defeated, falls,
part grief, part delight,
with the impetus of a mother
who will find her children.
And I understand you and don’t understand you,
Laja Falls, yelling,
sheath of ancient lamentations
and undying hallelujah.
Laja Falls, breast white
and torn, Antigonian waters,
world falling without pause,
Mother, falling without stain.
I’m leaving on the Laja River,
I’m leaving with the crazy snakes,
I’m going through the body of Chile;
I give my life and my will;
I stake blood, stake my senses
and I surrender, am won and lost.
Salto del Laja
Salto del Laja, viejo tumulto,
hervor de las flechas indias,
despeño de belfos vivos,
majador de tus orillas.
Avientas las rocas, rompes
tu tesoro, te avientas tú misma,
y por vivir y por morir,
agua india, te precipitas.
Cae y de caer no acaba
la cegada maravilla,
cae el viejo fervor terrestre,
la tremenda Araucanía.
Juegas cuerpo y juegas alma;
caes entera, agua suicida;
caen contigo los tiempos,
caen gozos con agonías,
cae la mártir indiada,
y cae también mi vida.
Las bestias cubres de espumas;
ciega las liebres tu neblina,
y hieren cohetes blancos
mis brazos y mis rodillas.
Te oyen caer los que talan,
los que hacen pan o que caminan,
los que duermen no están muertos,
o dan su alma o cavan minas
o en los pastos y las lagunas
cazan el coipo y la chinchilla.
Cae el ancho amor vencido,
medio dolor, medio dicha,
en un ímpetu de madre
que a sus hijos encontraría.
Y te entiendo y no te entiendo,
Salto del Laja, vocería,
vaina de antiguos sollozos
y aleluya que cae rendida.
Salto del Laja, pecho blanco
y desgarrado, Agua Antígona,
mundo cayendo sin derrota,
Madre, cayendo sin mancilla.
Me voy con el río Laja,
me voy con las locas víboras,
me voy por el cuerpo de Chile;
doy vida y voluntad mías;
juego sangre, juego sentidos
y me entrego, ganada y perdida.